7 objetos cotidianos cuya fecha de caducidad solemos desconocer
   10/25/2016 11:09:08
7 objetos cotidianos cuya fecha de caducidad solemos desconocer

Hay muchísimos objetos que forman parte de nuestra rutina diaria y que jamás sospecharíamos que pudieran tener fecha de caducidad. No obstante, utilizarlos después de esta puede resultar contraproducente.

Más allá de los alimentos, hay objetos cotidianos con los que estamos en contacto en nuestro día a día y que tienen fecha de caducidad.

Esto es algo que no siempre sabemos, pero que debemos tener en cuenta. Estos son los objetos cotidianos cuya fecha de caducidad solemos desconocer. ¡Toma nota!

1. Las almohadas

Si notas que tu almohada no te proporciona el descanso que sí hacía antaño, quizá es porque haya caducado.

Se trata de uno de los objetos más importantes de este listado, puesto que está relacionado con el sueño, pero hay gran parte de la población que desconoce que caduca.

Las almohadas están compuestas por un relleno que es capaz de mantenerse en perfectas condiciones entre dos y tres años.

Pasado este tiempo se convierte en el nido para los ácaros y el polvo, además pierde la forma y eso tiene consecuencias nefastas para el cuello.

2. Esponja y flor de baño

Tanto en el caso de la esponja como en le de la flor de baño, ambas tienen fecha de caducidad. Con el tiempo, si se usan las esponjas con mucha frecuencia y no se escurren bien puede acabar generando hongos.

Para desinfectarlas, nada como meterlas en agua hirviendo, siempre y cuando estén hechas con materiales resistentes.

En cuanto a la flor de baño ocurre algo similar.

Mientras que las esponjas tienen una vida útil óptima de unos dos meses (tres las de lufa), en el caso de la flor de baño tiene nada menos que una resistencia de hasta seis meses. Es un dato que conviene tener en cuenta.

3. Cepillo de dientes

No es recomendable tener más de tres meses el mismo cepillo de dientes.

Más allá de observar si se han deformado las celdas, que sería otro clásico síntoma para ver si se ha de cambiar ya o no este cepillo, habría que cambiarlo después de cada resfriado.

Parece algo que no tiene relación aparente, pero podrías volver a enfermarte. Así que lo mejor es que tengas a lo largo del año unos cuatro cepillos de dientes y, si has caído en una gripe o resfriado fuerte, lo cambies cuando te mejores.

4. Colonia y perfume

Tanto el perfume como la colonia tienen una vida útil de uno a tres años. Están compuestos por aceites esenciales. En el caso de que no estén abiertos, se pueden conservar hasta tres años (dos si sí se han abierto los frascos en cuestión).

Por lo que respecta al agua de colonia, puede perdurar hasta cuatro años cerrada y dos en el caso de que el recipiente del agua de colonia esté ya abierto.

5. Biberones y chupetes

Los biberones y los chupetes tienen tetinas de látex y este material caduca transcurrido un cierto tiempo, en concreto entre dos y cinco semanas.

En el caso de los biberones se deben cambiar la tetina por una nueva una vez pasado este tiempo reglamentario.

Y es que el látex se agrieta y es precisamente en ese punto donde se juntan los microbios, por lo que es un nido de bacterias para el bebé.

Por todo ello, lo más recomendable es cambiar el biberón y el chupete pasadas de dos a cinco semanas.

6. Especias y harina

Tanto las especias como la harina tienen fecha de caducidad.

En el caso de las especias esta fecha puede variar de uno a tres años. Con el tiempo pierden el sabor y el aroma y, en el caso de las molidas, la caducidad es de seis meses.

En cuanto a la harina, la caducidad oscila entre seis y doce meses. En función del tipo de harina el periodo será uno u otro, por lo que lo mejor será también informarse de lo que ponga en el envase.

Debe estar bien indicado en todo momento.

7. Productos desinfectantes

Los productos desinfectantes destinados al hogar tienen una caducidad que ronda los tres meses, aunque pueda parecer mayor.

A menudo los dejamos en la alacena, pero lo cierto es que transcurrido este tiempo, su efecto ya no es el mismo y caducan.

La eficacia va disminuyen poco a poco hasta que acaba por desaparecer. La mejor solución podría ser tener en cuenta qué cantidad se va a gastar y, en función de ese dato, ir comprando.

Solo así evitaremos que los productos caduquen.

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